Juntos o separados

Hay dos formas de entender la diversidad en la empresa. Una parte de considerar que el ambiente corporativo debe ser inclusivo con todas las diferencias y que por lo tanto da igual si un empleado es latino, mayor de 55 o gay. La compañía crea, mediante sus políticas y valores internos, un entorno en el que no se permite la discriminación y ya está. A trabajar en armonía todos juntos. Esta aproximación es necesaria pero no suficiente para que la diversidad aporte valor al negocio.

Más allá de la Responsabilidad Social, se trata de capitalizar la diversidad interna para conectar mejor con la diversidad externa, la que existe entre los profesionales de talento y los clientes de la empresa. Esto conlleva que muchas empresas, y especialmente las multinacionales americanas, creen grupos de empleados: grupo de mujeres, de negros o grupo LGBT. Se potencia de esta forma que empleados que se perciben con una identidad social compartida pueden desarrollar relaciones de networking dentro y fuera de la empresa, organizar actividades y ofrecer orientación a la Dirección y a Recursos Humanos sobre la mejor forma de dirigirse a esa comunidad. Este aspecto de la creación de grupos genera controversia porque a veces se entiende como una creación de guetos internos.

En mi opinión lo más acertado es combinar la estrategia de grupos que permite entender las diferencias y capitalizarlas para el negocio, con una estrategia sólida de creación de un entorno colaborativo e inclusivo (que por cierto para que supere el nivel de «palabrería corporativa» requiere haber entendido previamente qué estás «incluyendo»… es decir profundizar en las diferencias de cada grupo).

A nivel social se producen dinámicas parecidas. Zygmunt Bauman es un sociólogo que ha escrito varias obras sobre lo que denomina Modernidad Líquida. Plantea que hemos pasado de un mundo y unas relaciones sociales predecibles y sólidas a una fase en la que todo es mucho más inestable, fluido y dinámico. Uno de sus últimos ensayos publicados se titula «Separados, pero juntos» (está incluído en el libro Tiempos Líquidos) y en él analiza lo que está ocurriendo en las ciudades. En este mundo líquido las personas buscamos desesperadamente asideros y nos aferramos a identidades y significados cada vez más locales: nuestro grupo, nuestra comunidad de semejantes. Así en las ciudades se generan barrios habitados mayoritariamente por una determinada comunidad. Y sin embargo, las ciudades ofrecen también espacios comunes en los que los distintos grupos sociales se encuentran y conviven. Espacios comunes que permiten compartir experiencias y por lo tanto superar la «mixofobia», el miedo a lo desconocido.

Por definición las empresas son «espacios compartidos» en los que empleados diferentes conviven y generan resultados. Un adecuado entendimiento de las identidades sociales que cohexisten entre los empleados y la generación de una sólida identidad corporativa compartida es la mejor fórmula para tener éxito en los múltiples mercados de esta sociedad líquida.

Acerca de Uxío Malvido

Spanish; based in Paris; HR Director.
Esta entrada fue publicada en Diversidad Cultural, Gestión de la Diversidad y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Juntos o separados

  1. La Secre Perfecta dijo:

    Creo que la diversidad aporta un valor, pero luego se crean los guetos de forma inevitable, no entiendo mucho del tema, pero lo noto continuamente en todas las empresas como comentas se crean grupos, que crítican a otros grupos, y la característica de este grupo puede ser simplemente algo tan banal como su horario, imagínate por algo, que «define» más a la persona, como la raza, al final veo una especie de jungla con diferentes especies que con suerte, se soportan.

    Me gustaría conocer que herramientas pueden utilizarse para que esto no ocurra, pues al final, siempre se crea mal rollo.

    Y una petición, ¿podrías hablar de las mujeres en el entorno profesional y su comportamiento?

    Me gusta

  2. lgbt dijo:

    cada uno que eliga a su gusto.

    Me gusta

Deja un comentario