Empresa Líquida

Vivimos tiempos líquidos, inestables, y nuestras relaciones con la empresa y el mundo del trabajo también se diluyen. Antes empleado y empresa se vinculaban en relaciones laborales sólidas basadas en lealtades mútuas, pero hoy triunfan las fragilidades de doble dirección: ni contratos de por vida ni compromisos permanentes del empleado. 

La sociología ayuda a entender lo que está ocurriendo. Zygmunt Bauman, un sociólogo polaco, octogenario y judío, tiene varios libros publicados alrededor de la actual etapa de modernidad como un tiempo líquido. Un tiempo flexible y voluble que se diferencia de la etapa anterior dónde todo era más sólido, estable y predecible. Hoy nada solidifica y nuestras vidas están fragmentadas y en cambio constante.

Yo me confieso fan de Zygmunt Bauman. He leído Amor líquido, Tiempos líquidos y Miedo líquido (podéis consultar su bibliografía completa en Casa del Libro). De todos ellos el más revelador ha sido Amor Líquido, una obra que lleva como subtítulo «Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos«.

La idea fundamental es que hoy se temen las relaciones duraderas en general. Hay miedo al compromiso y los vínculos entre las personas son frágiles. Esto genera inseguridad y por lo tanto ganas de estrechar lazos pero… sin que sean muy firmes; sólo simples «conexiones». Se buscan relaciones plenas pero de compromiso limitado, con las puertas abiertas. Así proliferan las redes con múltiples conexiones y la cantidad de contactos rellena el vacío que deja la falta de calidad. Las relaciones son de tipo virtual, de fácil acceso y salida. Relaciones de bolsillo que se sacan en caso de necesidad:  agradables, instantáneas, breves y … descartables.

Vivimos, además, deprisa porque al cambiar el compromiso por las múltiples relaciones en red, el movimiento y el cambio se convierte en una obligación. Al igual que ocurre con otros productos, las relaciones emocionales tienden a ser para consumo inmediato. Pero, claro, ningún producto es de uso prolongado y constantemente aparecen versiones nuevas y mejoradas. Las relaciones de pareja no son una excepción a esta dinámica general y se produce un número creciente de separaciones y divorcios.

Así es el mundo que nos toca vivir, según Bauman. Pero no todo son desventajas. Aunque las relaciones actuales tienden a ser frágiles, también es cierto que hay una mayor disponibilidad de conexiones. En las redes, cada conexión individual puede ser de corta vida pero su número total confiere estabilidad. Esa red de conexiones es «terreno firme entre arenas movedizas» y nos ayuda a sentirnos a salvo de la fragilidad inevitable de cada conexión individual y transitoria.

Todas estas dinámicas sociales tienen implicaciones para la empresa en varias direcciones: 

1/ Este mundo de conexiones líquidas es coherente con el auge masivo de la colaboración en el mundo empresarial. Proyectos como Wikipedia, el software libre o el Genoma Humano superan afortunadamente los muros corporativos. Se consolidan las dinámicas económicas que tan acertadamente describe el libro Wikinomics.

2/ El nuevo estilo de liderazgo tiende a ser menos jerárquico, más horizontal y distribuido. Un estilo menos controlador y en definitiva menos «sólido» y más basado en interacciones de confianza. La flexibilidad en el trabajo, temporal y espacial, contribuye también a «licuar» la relación entre empleado y supervisor.

3/ Hay un interés creciente de los profesionales de Recursos Humanos por la Gestión del Compromiso, que se mide en encuestas internas. Además se intenta sobrevivir al planteamiento «líquido» que traen los empleados más jóvenes (Generación Y). El tema preocupa por la relación clara que existe entre el compromiso de los empleados y la productividad y la innovación en la empresa. Pero, claro, si nuestros amores son líquidos, no es lógico esperar relaciones laborales más comprometidas y estables.

En este panorama la gestión de la diversidad ayuda a dar estabilidad a las organizaciones. Las Redes de Empleados o Grupos de Diversidad o afinidad (tipo Grupo de Mujeres, Latinos o Gays) generan redes de conexiones dentro de la empresa al margen de las estructuras formales y jerárquicas. Por un lado estas redes internas contribuyen a generar más involucración y compromiso entre los empleados y por otro lado ayudan a conectar la empresa con los diversos «mares» exteriores.

Son claros tiempos para potenciar las habilidades de natación 🙂 ¿qué tal las llevas tú en tu trabajo?

Acerca de Uxío Malvido

Spanish; based in Paris; HR Director.
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18 respuestas a Empresa Líquida

  1. Me ha encantado el concepto de las relaciones líquidas. No sólo es una tendencia creciente en todos los ámbitos de nuestras vidas, sino que se aleja de los compromisos ‘cárcel’ que tanto restringen la libertad de crear, pensar y actuar. El matrimonio de por vida, las carreras lineales en una sola empresa y otros compromisos sólidos que había que mantener incluso cuando habían dejado de funcionar.

    Las redes diversas e interconectadas son efectivamente uno de los mayores factores de retención, sobre todo en épocas malas, cuando es esa red de apoyo y confianza lo que salva el día de cada uno.

    Gracias por el artículo. muy chulo.

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  2. Genial el post. Reconozco que me he sentido un poco avergonzado por no conocer ni haber leído a Bauman a pesar de que soy sociólogo. Eso sí, he tomado nota y le leeré.

    Me gusta el concepto de tiempo líquido y lo veo como un avance.

    Líquido para mí evoca adaptabilidad, plasticidad. Creo que el compromiso líquido también existe y no es necesariamente peor ni más débil que el sólido; sólo es diferente.

    JM

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  3. Myriam dijo:

    No sé si te he entendido bien.
    Me ha quedado la sensación de que te parece, de alguna manera, que las relaciones menos estables son malas o tienen algún componente negativo. Que de alguna forma primas el compromiso de por vida, ya sea laboral, sentimental o simplemente en cuanto a amistad.
    Yo creo que el compromiso de por vida es una imposición y así la hemos vivido, y cuando hombres y mujeres hemos empezado a ser un poquito más libres, se observa que el ser humano tiende a la individualidad y a buscarse la vida en cada momento. Se queda con lo que le sirve y desecha lo que no.
    En cuanto a las relaciones laborales pasa un poco igual. En un par de generaciones hemos pasado de tener un compromiso personal, como parte de ti, casi una cuestión de honor, con tu trabajo, a justo todo lo contrario. Convertirnos en meros mercenarios que trabajan por un sueldo.
    Yo me confieso una mercenaria profesional. Me implico al 200%, pero trabajo por dinero y estoy abierta a nuevas ofertas. En el momento en que las empresas dejaron de ver a sus trabajadores como su principal activo, comenzó la disputa por los trabajadores y a robarse los unos y las otras.
    El año pasado en una conferencia de IBM sobre temas de diversidad, uno de los conferenciantes comentaba que para él, el principal activo de la compañía era la gente que la formaba. Entonces entendí que las empresas que pretenden estar a la cabeza en su mercado, son aquellas que entienden que lo primero son quienes las componen.

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  4. Uxío Malvido dijo:

    Pino, me ha gustado lo de compromisos cárcel, y es que efectivamente algunos lo son (al menos en nuestras cabezas).

    Jose Miguel, nada de verguenzas. Todos nos vamos dando referencias de autores y conceptos interesantes. Bauman estuvo a puntito de venir a un Forum Mundial de Sociología que hubo en Barcelona muy recientemente:

    http://www.elpais.com/articulo/cultura/Cambios/siglo/XXI/elpepicul/20080908elpepicul_4/Tes

    Coincido contigo en que para mi líquido es adaptable y que el mejor compromiso es el líquido porque si fuera sólido sería mucho más frágil 🙂

    Myriam, no asocio nada negativo a la vida líquida. Simplemente resumía las tesis de este autor que sí traduce algo de pesimismo (también hay que decir que tiene 80 años y vivió otras etapas y otros mundos). Yo creo que al final todos tenemos relaciones y compromisos con distintos grados de profundidad y que evolucionan con el tiempo; y eso es muy lógico y muy sano.

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  5. Estimado Uxio, también soy fan de Bauman.

    Siguiendo a Bauman y su concepto de la sociedad líquida, es obvio deducir que las relaciones laborales también estén condicionadas por ese marco de incertidumbre que ha generado la globalización económica. Relaciones volátiles, mercantilizadas y sometidas a la complejidad de una sociedad diversa.
    Porque como dice el sociólogo polaco mientras que en las sociedades modernas la exixtencia de unos marcos de certeza,que dotaban de seguridad a los individuos, generaba relaciones de confianza, en la sociedad de líquida la falta de esos mismos marcos ha impregnado las relaciones, políticas, sociales y económicas de una cierta falta de compromiso.

    Quizá por ello la frontera entre lo que entendemos como procesos de adaptación a contextos cambiantes a y el «todo vale” (en la peor de sus interpretaciones)porque “todo cambia” empieza a ser difusa. Sólo tenemos que ver como el electorado premia o castiga a sus dirigentes corruptos por ejemplo o como el amor , según el mismo Bauman , aparece con el cartel de “estaremos juntos hasta nuevo aviso”.
    Recientemente una ejecutiva me comentaba las dificultades que tenía para retener el talento en su empresa. El dinero ya no era una motivación suficiente, me decía.

    Entonces hablamos de la Responsabilidad Social de las Empresas como recurso para establecer un marco de compromiso con el que dar un nuevo significado a lo que para muchos “talentos” es simplemente una relación contractual. Y de esto ya no hablo porque estoy en un blog experto.

    Pensábamos idílicamente, esta directiva y yo, si con tanto compromiso llegaríamos a pasar del “amor al trabajo” al “trabajo por amor”. Y como buena andaluza le contesté en broma que novios en la empresa mejor no!
    Saludos,
    Ana

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  6. Uxío Malvido dijo:

    Ana, que bien que los dos seamos fans 🙂

    Me interesa mucho esa relación entre la confianza y el compromiso; a nivel laboral tiene muchísima importancia.

    Mi planteamiento es que el trabajo de Bauman debe servir para dar sentido a mucho de lo que está ocurriendo; para entender la dinámica social, pero no para lamentarnos o desanimarnos. Es el marco en el que vivimos; con aspectos que no gustan y otros que sí. Y sobre todo: no son absolutos. No creo que la confianza o el compromiso hayan desaparecido de nuestras vidas emocionales ni de nuestros trabajos. Han mutado; sin más, y combinamos relaciones muy sólidas en nuestras vidas con otras mucho más ligeras y que la tecnología nos ha ayudado a mantener o potenciar.

    Abrazos líquidos 🙂

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  7. manuel dijo:

    hola uxío / muy interesante, gracias.

    me gustó la teoría líquida, esta especie de tela de araña manteniendo las gotas de rocío. al final, nosotros somos los demás.

    algunos comentarios:

    atención a retener el conocimiento: frente a la volatilidad de los empleados, las redes y los sistemas, necesitamos no sólo formadores, gerentes de la diversidad, sino de gestores de conocimiento para mantener, divulgar y discutir lo que sabemos, las iniciativas y los errores. nada nuevo, verdad?

    redes apoyando la fase de diseño y discusión de las ideas: uno busca esa extroversión de conocimiento empresarial a través de sus redes, para mezclar el menú del día con un ambiente de confianza donde hacer mover el sonajero de las ideas y afinar su diseño, apoyarlas, para luego poder adecuarlas a un público más amplio o establecerlas formalmente.

    las 3 E (estrategia, estrategia, estrategia): muchos profesionales pensamos que damos lo mejor de nosotros mismos al sentirnos bien y disfrutar con el projecto personal -perdón, digo profesional- que tenemos. pues la teoría líquida (jóvenes, por ejemplo) disfrutan de la efimeabilidad de los mini-projectos, de la exaltación de sus contactos -> las empresas siguen confiando de los estrategas para definir objetivos, medirlos y coordinar equipos líquidos que los consigan.

    saludos,

    pd. en esta vida hay que elegir, con la libertad que da. somos nuestros yo.com, y hay que seleccionar muy bien las redes, porque nos quita tanta energía…

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  8. Vicky Pollard dijo:

    Yo cada día estoy más en contra de etiquetado este, de ponerle a todo un nombre bonito y ala, objeto de de estudio 😉

    En cualquier caso, Myriam, si hay algo malo en la relaciones superficiales, y es que son superficiales!, cuando necesites algo, ¿quien te ayudará? y dirás eso es egoísta, así es, pero también es supervivencia, que es de las pocas características que seguimos manteniendo similares a los animales, ese instinto, que es básico.

    Lo ser mercenaria profesional, por supuesto, no vas a ser fiel a algo que ni si quiera tiene derecho al honor, pero a las personas, a un grupo de ellas, si se ha de ser fiel, porque al final, el cariño es más gratificante cuando se da, y como dijo Wilde, en la vida como en el arte el cariño es lo que le da la fuerza.

    La amistad, en cierta forma, es algo animal también, los primates viven en colonias, es necesario un contacto físico entre distintos elementos de dicha comunidad, para reforzar lazos y defenderse de posible ataques. Eso en la superficialidad se pierde.

    No creo que los tiempos liquidos estos actuales sean buenos para nada, al menos para las que nos criamos leyendo Madame Bovary, pero con acceso a Corin Tellado y el Cosmopolitan.

    Y respecto a lo de que los seres humanos cada vez somos más libres discrepo totalmente, solo hay que ver los precios, para darte cuenta de lo libre que eres.

    Y con Manuel, no puedo estar más de acuerdo en la Pd. yo he claudicado ya de portales, de redes sociales, si no tengo tiempo ni para los del messenger 😉

    Yes but not
    Vicky Pollard

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  9. raquel ferrari dijo:

    Me ha gustado mucho tu post. También me confieso fan de Baumann.
    No obstante creo que aún estamos en un momento de transcición, sobre todo en lo que al aspecto tan nombrado y poco comprendido de la responsabilidad social de la empresa. «Liquido» es un adjetivo que en sí no es ni bueno ni malo, puesto que depende de la forma que lo contenga.
    Tenemos mucho que trabajar, en lo relativo a las relaciones personales, las nuevas tecnologías y su impacto y las nuevas relaciones laborales.
    Fijate que en este momento en que s ehabla de crisis mundial, las visiones apocalípticas contradicen la idea de crisis= cambio= adapatación e innovación.
    Mucho que hacer aún y muy interesante, no olvidemos que queda por construír una ética. en eso Baumann es un excelente guía. un saludo

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  10. Uxío Malvido dijo:

    Manuel, cada vez me creo menos la gestión del conocimiento, en el sentido de que evoluciona y se construye tan rápido, que más que mantenerlo hay que compartirlo y dejar que siga evolucionando.

    Vicky, es genial tu «filosofía con rulos» así que parafraseando a Lina Morgan «solamente puedo decir: gracias por venir».

    Raquel, que bien encontrar otra fan! Tendremos que hablar más de la Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial. Espero escribir algo sobre eso en breve. Saludos.

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  11. Juan Parra dijo:

    Me parece interesante lo que dice Bauman, pero hay que tener cuidado, con no pasarse al otro extremo que puede pasar.
    A veces hay que releer un hecho (laboral o personal) dos y tres veces antes de provocar el cambio y esto se hace cada vez menos.
    Demasiado liquido tampoco vale.

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  12. Vicky Pollard dijo:

    ¿filosofía con rulos?. Perdona lo mío es alisado japonés y realizado por profesionales 😉

    Sabes que me encanta pasearme por aquí, aunque soy una profana en el tema, soy muy diversa, incluso tengo amigos heterosexuales 🙂

    Un saludo

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  13. Muy interesante la conversación surgida a raíz del post, y enhorabuena por este espacio,

    «Tanto corrieron que al darse cuenta estaban solos» eso podría ser lo que ocurre en las personas que escalan posiciones socio-laborales y viven en constante estado de cambio y adaptación al entorno.

    Como psicólogo de formación intento que mis trabajos en consultoría de empresas o administración tengan siempre un aporte de contenido en desarrollo personal dentro de un contexto social.

    El ser mercenarios hace que dejemos el sedentarismo para regresar a los nómadas, sin hogar ni residencia; haciendo retrospectiva cabe señalar que tal vez estemos en una época de intermedio, desde los grandes bloques de nobles – siervos, burgueses – trabajadores, empresarios – asalariados,,, hacia una horizontalidad de la que queda mucho por definir,

    Recurriendo a la neurobiología, cuando nacemos las interconexiones neuronales se mueven a velocidades increibles, se crean y mueren infinidad de conexiones. Estamos en esa fase, el nacimiento de una nueva etapa en las relaciones humanas a nivel mundial, y como diría mi abuela, hay que pensar en los nietos, que lo que hacemos ahora será para que ellos lo vivan.

    Saludos a todos y enhorabuena por las aportaciones

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  14. marlenalonsob dijo:

    ¿Os acordáis del «Be water, my friend»? Seguro que sí, porque fue el pelotazo de la temporada publicitaria. Salió una versión patria que algunos habréis visto: el «Be tinto, my friend». Yo, que me estoy tomando ahora mismo un gin tonic, me pregunto: ¿prefiero el agua o el vino?

    Vale, pues no he leído a Baumann, pero sí he leído a Rita Levi-Montalcini (esto es puramente por presumir), de quien me quedó la idea de que nuestras neuronas emocionales difieren poco del embrión de pollo. Creo con Juanjo Martí que estamos en fase de post-parto (lo cual implica también alguna depresioncilla). Las posibilidades tecnológicas son fascinantes, tanto más cuanto que sabemos que es más lo que se nos esconde que lo que se nos da. Tenía yo un amigo electrónico que me hablaba de lo que ya se podía hacer y no estaba aún en el mercado porque había que exprimir los modelos anteriores.

    Las gallinas se emboban cuando les trazas una línea en el suelo entre el pico y el infinito. Leía hace ¿tres semanas? a David Levy en «El Mundo» hablando de que nos casaremos con robots por la sencilla razón de que, como dice un compañero de trabajo (ya sé que la frase no es suya, sólo quiero decir que hay alguien que la usa): «cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro». Quiero decir (lo dice Levy): que los robots serán predecibles y los humanos seremos líquidos. Quizá un nuevo Nietzsche diga: «Líquido, demasiado líquido».

    Si uno (o una) se puede casar con un robot, ¿se podrán contratar robots? Operarios robots o directores de diversidad robots (serían realmente diversos, ¿no?). La Inteligencia Artificial está hablando de unos plazos que esta generación que ahora está comentando blogs verá, así como de unos conceptos sumamente curiosos, como los backups de nuestro software cerebral. ¿Os imagináis cómo podrían ser los futuros consejos de administración?

    Lamento haberme desviado tanto del tema, pero, puestos a ser líquidos, me pareció divertido no comprometerme con el presente y dar un saltito al próximo futuro. Contestando a la pregunta que me hacía más arriba, prefiero ser vino. Socializa más.

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  15. Uxío Malvido dijo:

    Me ha encantado la idea de los dires de diversidad robots, jaja. Por no hablar de los backups del software cerebral… me apunto pero ya a un backup neuronal!

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  16. k92 dijo:

    Me parece una aunténtica aberración justificar el «pesimismo» de Bauman sólo por el hecho de tener 80 años. Precisamente lo que te derrumba al leerlo es la solidez (para mí, claro) de sus argumentos. Increíble que nadie haya dicho nada. A partir de ahora procuraré informarme de la edad del autor, vaya a ser que su libro no despliegue ese optimismo vital que tanto necesitamos o que presente serios síntomas de degeneración cerebral. Claro que para esto último me voy a tener que leer el libro 🙂
    Sin acritud y felicidades por el hilo.

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  18. M dijo:

    Creo que este enlace te va a gustar. Un saludo

    Haz clic para acceder a bauman.pdf

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