Felicidad laboral

Procuro tener una actitud un poco Zen ante el trabajo, en plan todo es efímero y todo pasa. Por ejemplo, he decidido no intentar comprender la última restructuración organizativa en mi empresa porque sé que en unos meses vendrá una nueva. Así que esta vez paso palabra y ya me espero a la siguiente estructura.  También me aislo todo lo que puedo de la cultura de la urgencia, algo a lo que me ayuda el hecho de que el trabajo en el área de diversidad no es cortoplacista.

Elijo ser feliz en mi trabajo como sugiere la primera recomendación en Top Ten Ways to be Happy at Work. Pero no siempre lo consigo. A veces porque los cambios no ocurren al ritmo que a mi me gustaría y alguna otra porque simplemente entro en contacto con alguno de esos amargados, que pueblan cualquier empresa y que siempre están dispuestos a extender su rastro de infelicidad por dónde pasan.

La investigación acerca de la felicidad humana es muy amplia. La BBC tiene un centro de recursos muy bueno en The Happiness Formula, que reúne artículos y videos cortos con un gran variedad de ángulos. Por un lado, hay explicaciones sobre aspectos geográficos y políticos que muestran que mayor crecimiento económico no correlaciona con la felicidad de los ciudadanos. Por otro lado, estudios sobre resultados, en salud y longevidad, que afirman que las personas felices viven de media 9 años más que las infelices (el dato triplica los 3 años de media que viven más los no fumadores). Finalmente, información sobre cuales son las variables que influyen en una posible fórmula de la felicidad, algo con claras implicaciones a nivel laboral: pensamientos y emociones positivas, calidad de las relaciones con los demás, búsqueda de significado (no necesariamente religioso, puede ser de contribución al bien común) y proyectos/objetivos que ayudan al desarrollo de nuestras habilidades.

Es evidente que buscar la felicidad a nivel laboral merece la pena no sólo porque pasamos muchas horas trabajando sino también porque los ingredientes de la felicidad en general pueden existir o estar ausentes en nuestro trabajo. Para empezar puede ser un entorno que genere emociones positivas o simplemente mal rollito. En ese aspecto el estilo de liderazgo de la empresa es fundamental. Pese a que las evidencias sugieren que los empleados felices generan mejores resultados, lo cierto es que es muy frecuente el perfil de gerente/directivo angustiado y amargado que además entiende que su posición consiste en controlarlo todo y a todos.  Ciertamente complicado que ese estilo de liderazgo se plantee por un momento el debate bloguero sobre  cómo aplicar psicología positiva en las empresas.

Dónde últimamente parecemos fallar todos es en nuestra capacidad para establecer relaciones significativas con los demás, un factor de felicidad contrastado. Es parte del precio que pagamos por vivir en esta etapa de Modernidad Líquida que diría Zygmunt Bauman, autor del que ya me declaré públicamente fan en la entrada Empresa Líquida. Precisamente este autor aborda también el tema de la felicidad en su último libro, «El arte de la vida«, y explica, respecto a las relaciones con los demás, que todos buscamos en la actualidad nuevas oportunidades y nuevos comienzos, y con ello la posibilidad de reinventarnos constantemente en lugar de intentar perfeccionarnos. La consecuencia es que transitamos por etapas vitales que tienen un guión propio, sin necesaria relación con el anterior, pero también un casting propio de personajes. Así vamos buscando relaciones nuevas, de compromisos ligeros, pero nada de marcar una diferencia o dejar huella en los demás, porque eso requeriría tiempo. Pero precisamente ese estado de calma, que conlleva dejar pasar el tiempo, nos horroriza, porque tendemos a pensar que es lo opuesto a la búsqueda de la felicidad, que parece requerir movimiento constante. La calma es sinónimo hoy en día de infelicidad y aburrimiento. También en internet, dónde una menor participación nos lleva enseguida a pensar en alternativas para combatir el aburrimiento 2.o.

Acerca de Uxío Malvido

Spanish; based in Paris; HR Director.
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16 respuestas a Felicidad laboral

  1. mkl dijo:

    Bien escrito, un gusto. Contrasta el hilo continuo de tu escritura con el stacatto de lo que describes; y del todo de acuerdo contigo.

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  2. Yoriento dijo:

    Me sumo al reconocimiento del buen gusto de este alegato de la felicidad bien entendida en las organizaciones.

    Eso sí, doy un paso atrás y me pregunto si esas variables que mencionan no serán más consecuencias que causas: pensamientos y emociones positivas, calidad de las relaciones con los demás, búsqueda de significado, etc.

    Ya sabes que la cabra tira al monte lo mismo que un servidor a lo conductual, a lo concreto y evaluable.

    Aunque tal vez suene un poco obvio la felicidad es una variable dependiente, y uno, por ejempo, genera mejores relaciones, se siente mejor, etc. cuando en el entorno laboral y el management organizativo lo promueven de formas específicas.

    Ayuda inicialmente traerse la actitud feliz de casa (igual que la motivación, que creo decía Julen) pero no se mantiene por sí sola si la organización no la alimenta.

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  3. Felicitaciones!!! excelente entrada. En la medida de que no cambiemos nuestras creencias acerca de cómo se deben construir las relaciones de interacción laboral en las organizaciones, no habrá posibilidades de cambio y por lo tanto seguiremos contribuyendo a la Infelicidad 1.0
    un abrazo

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  4. Pingback: Felicidad en el trabajo (546) | Yoriento

  5. Uxío Malvido dijo:

    Gracias, Mikel, me has hecho revisar mis conocimientos musicales con el stacatto 😉

    Alfonso (Yoriento), totalmente de acuerdo. A mi lo de traerse la felicidad y la motivación de casa me parece algo sospechoso. Por supuesto, hay una parte que pone cada persona pero yo siempre que he oido esa frase en contextos reales, no de tertulia, me ha parecido la disculpa perfecta para lavarse las manos del efecto negativo de las decisiones de gestión. En plan «si esto no les gusta a los empleados, que se motiven en casa porque aquí esto es lo que hay».

    Andrés, encantado de conocerte. El gran drama desde mi punto de vista, es que además el cambio de planteamiento de las relaciones laborales es más productivo. El malhumor directivo no sólo genera infelicidad humana sino que empobrece los resultados empresariales.

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  6. Alberto dijo:

    Buenos días.
    Me va a ser bien útil tus links, pues ando en la búsqueda de información al respecto. Es muy triste trabajar en una empresa donde todos los días se haga lo mismo.
    Es por eo, que debería haber una estrategia de «amenidades» bajo la tutela de una especie de «facility Manager» que lo integre.
    Un placer como siempre leerte
    Alberto

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  8. Oti dijo:

    cultura de la urgencia!!! como me suena eso… Me gustaría hacer un comentario y saber tu/ vuestra valoración al respecto.
    Hay muchas personas que se sumergen en el «discurso de la urgencia» y parece que no pueden parar, que todo es un problema y ellas el centro del universo, tienen el poder para cambiar, mejorar… sin ellas esto no funcionaría y cuando de pronto te sientas a analizar conjuntamente (antes tienes que pedir una reunion, engancharlos por el cuello y atarlos a la silla para que te escuchen) resulta que se estan ahogando en un vaso de agua… Todo es mas facil de como ellos/as lo ven… como si necesitaran esa «urgencia» para (darse o) sentirse importantes y en realidad todo es muuucho mas facil porque para eso está el trabajo en equipo, en red y la gestion del conocimiento ¡¡¡cuanto cuesta arrancar a estas personas del ego 0.0!!!

    Gracias Uxio!!! Buena semana!!

    Oti

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  9. Berlinesa dijo:

    ¡Qué bien escribes Uxío, y cómo nos inspiras a tod@s!
    Estoy muy de acuerdo en todo lo que dices y me he fijado especialmente en los cuatro puntos que reseñas como elementos que inciden en el logro de la felicidad laboral (pensamientos positivos, calidad en las relaciones, búsqueda de significado y proyectos que desarrollen nuestras habilidades). Yo quizás añadiría uno más: ajustar nuestras expectativas de felicidad a la realidad de lo que la empresa es; es decir no esperar de la empresa un retorno en felicidad que supla nuestras carencias de ella en otros ámbitos, porque de lo contrario solo conseguiremos acumular frustración. De la empresa, lo mismo que de los amigos, la pareja o la familia, hay que saber lo que se puede y lo que no se puede esperar. Creo que la verdadera felicidad, ya sea laboral o personal, está siempre en uno mismo y que si nos sentimos bien como personas lo transmitiremos también en nuestras relaciones profesionales, ya sea asumiendo tareas directivas de liderazgo o como empleados de a pie. Y además -parece- hasta viviremos más años!.
    Un saludo

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  10. Uxío Malvido dijo:

    # Alberto, no sabes cómo me alegra que los links te resulten útiles, porque a menudo pienso que invierto mucho tiempo aportando otras fuentes cuando al final no le interesan a nadie. Y me has hecho entender un poco lo del «Facility Manager», aunque habría que aclarar qué «amenidades»estarían a su cargo.

    # Oti, yo cada vez puedo menos con los personajes que describes. Son un clásico: siempre corriendo, siempre hiper-ocupadísimos, da igual el puesto en el que estén y la época del año. Cuando los conoces un poco más profundamente te das cuenta de la poca sustancia que tienen. Se han creido su propio personaje.

    # Berlinesa, sí, un factor super contrastado en las investigaciones de la felicidad es que es COMPARATIVA, respecto a los demás y a nuestras expectativas. Coincido contigo en que parte de uno, hay un motor interno, pero el entorno y por tanto las personas con las que te relacionas pueden actuar potenciando eso o minándolo. Así que tenemos que escoger nuestra actitud, pero también con quien nos relacionamos y los trabajos/entornos que merecen la pena.

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  12. M dijo:

    Uxio, me ha gustado mucho tu post de hoy.

    Creo que es importante motivarse pero también creo que el entorno influye decisivamente en el estado de ánimo y en las razones para seguir adelante o abandonar.

    Porque a veces te sientes incomprendido/a dentro de tu organización; porque tú puedes poner ilusión pero te la quitan a golpe de desautorización y desconfianza; porque el resto de las personas del equipo no están en la misma onda y se contagian los estados de ánimo como los constipados… creo que la empresas no tienen derecho a pedirte que te auto-motives cuando las propias empresas no hacen todo lo posible para garantizar que eso ocurra y ni siquiera tus superiores dan ejemplo…
    En el trabajo, como en la vida, todo depende de cómo te lo quieras plantear…pero todos/as somos frágiles, humanos y la paciencia tiene un límite…

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  13. Uxío Malvido dijo:

    # M, creo que estamos de acuerdo. La actitud personal tiene una influencia enorme, pero por supuesto no lo es todo. Lo de venir motivado de casa a mi siempre me ha parecido reaccionario, como propio de un modelo algo esclavista que no asigna ningún valor al contexto/entorno de trabajo. Tampoco me gustan los modelos de motivación de \»castañuelas\» tipo te \»puteo\» todo el año pero luego te doy un premio o organizo una fiesta. Creo que lo que tiene valor realmente es crear un entorno en el que la gente se sienta valorada/respetada, tenga un trabajo que les aporte algo y se cuiden las buenas relaciones en el equipo. A partir de ahí con una buena actitud y predisposicion individual las cosas pueden funcionar muy bien.

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  14. Alfredo dijo:

    Uxío, llevaba algún tiempo sin visitar tu blog, y la entrada de hoy me ha gustado y me lleva a pensar que debo leerte más.
    Coincido con algunos comentarios anteriores en que no es fácil eso de traer de casa puesto el traje de persona feliz, y que las condiciones del trabajo son fundamentales para que nos sintamos a gusto. Aunque, sin duda, el optimismo o el buen humor es un rasgo esencial del carácter -probablemente con una fuerte base genética y temperamental- , al que creo que debemos prestarle algo de más atención.
    Creo que a finales de este mes tiene lugar en Granada un congreso sobre el humor, habrá que estar atento a sus conclusiones.

    Un saludo

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  15. Uxío Malvido dijo:

    # Alfredo, gracias y bienvenido de vuelta. Es indudable la base genética del optimismo, pero sin negarla, yo soy muy «cognitivo», muy de pensar en la influencia que los pensamientos tienen en las emociones. Tal vez porque sobre eso se puede actuar y sobre la genética no. Y a nivel empresarial, es claro que el ambiente de trabajo está muy influido por cómo piensan los responsables y directivos sobre las relaciones laborales y los empleados.

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  16. Erich dijo:

    Uxío, buenas tardes..te comento que desde hoy tienes un colega desde latinoamerica que te va a leer seguido, los links muy buenos , te aseguro que tu tiempo nos esta dando mucha felicidad .

    Un abrazo

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