La lenta progresión de mujeres hacia la alta dirección de las empresas no deja de generar debates y propuestas en los países occidentales. Mientras la Unión Europea se inclina hacia la imposición de cuotas de género en los Consejos de Administración, en el Reino Unido continúan con los buenos resultados de las medidas voluntarias, según el último informe Lord Davies. Estados Unidos, por su parte, promueve de forma efectista la prohibición de la palabra «mandona». Ese, al menos, es el objetivo de Ban Bossy, la campaña impulsada por Sheryl Sandberg, la Directora Operativa de Facebook, que ya había agitado anteriormente las aguas de la igualdad de género con su libro «Lean In«.
Niños líderes y niñas mandonas
La iniciativa parte de la base real de que educamos de forma diferente a niños y niñas. A ellos se les anima a ser asertivos y expresar su opinión; a ellas, en cambio, a ser buenas chicas y no pasarse de la raya. Como consecuencia, ya desde la escuela, hay una notable diferencia de género en los niveles de auto-confianza y en la ambición por alcanzar puestos de liderazgo.
La campaña contiene algunas buenas recomendaciones para el mundo laboral, pero en general su objetivo es inadecuado. Con el diccionario en la mano, llamar a alguien «mandón/a» es decirle «que ostenta demasiado su autoridad y manda más de lo que le toca». Ese feedback, aunque no sea agradable de recibir, ayudará a que la persona entienda que tiene pocas habilidades interpersonales y que su forma de comunicarse y de influir en los demás no es bien recibida y puede ser incluso contraproducente.
La campaña cae en el error común de identificar ser mandón con tener potencial de liderazgo. Tendemos a creer que las personas seguras de si mismas son muy competentes, como comenté en la relación entre el liderazgo y la diversidad. Gracias a ese sesgo colectivo, nuestras empresas y sociedades están plagadas de hombres incompetentes en posiciones de liderazgo.
Además, en el caso de los niños, no cabe duda, como sugiere este padre, que hay una frontera de conductas que van más allá de la «asertividad» y que claramente rayan la tiranía infantil. Es posible y deseable pulir y reorientar esos comportamientos infantiles hacia conductas más constructivas con los demás. Nuestro objetivo no debería ser hacer crecer pequeños mandones y mandonas sin complejos, sino enseñar a los niños que liderar supone desarrollar una visión colectiva y generar alianzas con los demás para hacerla posible. Eso estaría más en consonancia con lo que la sociedad espera ahora de sus líderes, que va bastante más allá del simple «mandar a los demás».
La doctrina de Atenea
En las antípodas de la campaña «Ban Bossy» se presenta el libro «The Athena Doctrine» que plantea que ser dominante o agresivo está de capa caída como forma de obtener el éxito. Los autores han detectado, a través de miles de encuestas, en 13 países diferentes, que hay un hartazgo global del modelo de liderazgo tradicionalmente masculino, caracterizado por la rotundidad en las opiniones, los intentos de control de los demás y, llegado el caso, por la agresión. El modelo de liderazgo del futuro se asocia ahora a cualidades como la honestidad, la sensibilidad y la paciencia, que tienden estadísticamente a darse con más frecuencia en las mujeres.
Las encuestas sociológicas muestran que el siglo XXI verá un ascenso paulatino pero imparable de valores como la coperación, la comunicación, la empatía hacia los demás y la inclusión. Los buenos líderes del futuro serán aquellos hombres y mujeres que ejemplifiquen estos valores, y que en lugar de tanto despliegue de seguridad en si mismos no tengan miedo a mostrarse vulnerables.
En definitiva, hay otras formas de promover la ambición y el liderazgo de las niñas que dejar de llamar «mandonas» a las que verdaderamente lo son. No necesitamos más casos como los de la Woman del Callao o las candidatas chillonas y agresivas a la alcaldía de París. Necesitamos estilos de liderazgo diferentes, con independencia del género.
Creo que no has terminado de entender lo que subyace en esta campaña. No es sólo que se eduque de forma diferente a niños y niñas, animando a los varones a ser asertivos y expresar su opinión mientras se fomenta que las niñas sean buenas chicas y no se pasen de la raya.
Eso ya lo sabemos. La campaña señala los castigos simbólicos y/o reales que sufren las niñas que se atreven a liderar, a romper las pequeñas normas, por ejemplo a contestar a una pregunta sin levantar la mano primero… En educación se ha investigado bastante sobre esto. APRENDER A PERDER-SEXISMO Y EDUCACION Isbn: 9788475098517 de Dale Spender y Elizabeth Sarah.
Sheryl Sandberg, una de las impulsoras de esta campaña, dedica un capítulo de su libro a la influencia de los estereotipos de género femeninos en las carreras profesionales de las mujeres.
Y es verdadeeramente interesante.
Si la tesis del Athenea Doctrine fuera cierta, ¿por qué las empresas destinan dinero en formación para que sus directivos varones adquieran esas cualidades, cuando por naturaleza, las mujeres las tienen, tanto las directivas, como aquellas que están camino de serlo?
Me gustaMe gusta
Hola Mª Luisa,
Gracias por el comentario.
Sin duda, hay sexismo en la educación. Y comparto que hay que potenciar y reforzar la autoestima y confianza de las niñas. Es un hecho que hay una diferencia de género importante en los niveles de confianza en uno mismo, y eso empieza desde pequeñit@. Sin embargo, no creo que el slogan y objetivo de la campaña sean los adecuados. No quiero mandones de ningún género, eso es todo.
En cuanto a la Doctrina de Atenea, yo creo que las empresas sí tienen una conciencia creciente de que tener más mujeres en la alta dirección «equilibra» los estilos de liderazgo y mejora la toma de decisiones. Ese es uno de los motivos que esgrimen para tener más mujeres directivas. Otra cosa es el éxito que consiguen y las complejidades con las que se encuentran.
Me gustaMe gusta
Precisamente leía en el Financial Times de vuelta de Londres un artículo de Ms MoneyPenny sobre el liderazgo femenino en UK y cómo se debería reeducar a los hombres para entender los grandes beneficios de abrir la alta dirección a las mujeres. Me ha gustado más tu enfoque sobre el «tipo de habilidades» independiente del género…
Me gustaMe gusta
Hola Catalina,
Sí, ahora hay mayor énfasis en cómo involucrar a los hombres en los beneficios de la igualdad de género para tod@s. Antes los programas se centraban más en reforzar la confianza y ambiciones de las mujeres. Yo creo que lo fundamental es «abrir» la idea que tenemos sobre qué significa «liderar» de tal forma que englobe influir, alinear, colaborar, consensuar, empatizar… y no sólo decidir, arriesgar, ganar…
Gracias por pasarte.
Me gustaMe gusta
Pingback: ¿Mujeres mandonas o líderes difer...
Gracias Uxío una vez más. Es un tema este que me apasiona, especialmente ahora que tengo sobre mi cargo la educación de dos niñas pequeñas. Los parques infantiles son un buen campo de estudio sobre estos temas y siempro ando preguntándome cuando interferir en esas relaciones que surgen y cuando dejar que mis hijas se defiendan solas de los machotes tempraneros.
Bueno, al margen de eso, imagino que ya habrá mucho debate sobre esto, a mi lo del liderazgo femenino me produce repelús en el sentido de que pareciera definir cómo lideran todas las mujeres y cómo no lideran los hombres en su totalidad. Volvemos a cargarnos la diversidad con esa descripción ¿no? Como bien decís habría que hablar de formas de liderazgo más que de liderazgo masculino o femenino, podríamos incluso hablar de liderazgo clásico y moderno, aunque me temo que el moderno en España es muy parecido al clásico, jejej cuanta gente incapaz hace infeliz a sus trabajadores/as por no tener ni idea de liderar «modernamente».
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola Uxio. No puedo estar más de acuerdo contigo. Desde pequeños (antes de la escuela) ya somos diferentes. Desde el mmismo nacimiento la forma de dirigirse a nosotras es «que princesita más linda frente a que machote, que fuertote.
Como sabes soy contraria a los cupos pues lo unico que consigue es hacer progresar a una serie de mujeres sumisas que no se rebelen al sistema (aún machista) cuyos ascensos han sido decididos en un altísimo porcentaje por hombres
Me gustaMe gusta
Hola Javier,
Gracias por pasarte. Mucho ánimo con la educación de las niñas, pero estoy convencido de que tienes mucho que aportar ahí, para que no se «achanten» sin caer ellas mismas en el machacar a los demás. Ese es siempre un difícil equilibrio, incluso para los adultos ;).
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Pilar,
Qué alegría verte comentando en el blog :). Para mi la clave está en los criterios que se utilizan para los ascensos, y claro si son mayoritariamente decididos por hombres tienden a reflejar aquellas cosas en las que ellos son fuertes (dedicación, proactividad, asunción de riesgos…) y minimizar otros igualmente críticos para obtener buenos resultados de negocio (empatía con empleados y clientes, colaboración, humildad…). Y así nos va, repitiendo eternamente la misma rueda de estilo de líderes.
Un abrazo
Me gustaMe gusta