Diversidad: viejos debates, nuevos indicadores

En el último par de meses he asistido a conferencias sobre la Gestión de la Diversidad celebradas en  distintos países. Tomadas en conjunto, sirven para mostrar una radiografía del «estado de la cuestión» a nivel internacional que reúne actuales temas de debate y proyectos en desarrollo. 

Desde Bruselas la Comisión Europea impulsa actualmente dos líneas de actuación en materia de diversidad en las empresas. La primera consiste en promover la creación de Charters de Diversidad en distintos países y el intercambio de experiencias entre ellos. El Chárter es una declaración de principios voluntaria que las empresas firmantes se comprometen a respetar. Actualmente existen en Francia, Alemania, Región de Bruselas, España (casi 400 empresas firmantes), Italia, Austria y Suecia. El Charte de la Diversité francés fue el pionero, creado en 2004,  y firmado ya por 3.000 empresas. Fruto de su madurez elaboran informes utilizando cuestionarios entre las empresas signatarias y facilitando la comparación de programas y resultados a través de una serie de gráficas.

La segunda línea de actuación promovida por la Comisión Europea es el desarrollo de una herramienta de benchmarking, un cuestionario que permita comparar qué hacen en materia de diversidad las empresas en Europa. La herramienta está todavía en desarrollo. Potencialmente es muy útil aunque su versión actual contiene demasiadas preguntas y resulta algo larga y engorrosa. La idea es utilizarla en un piloto con 30 empresas durante 2011.

Podéis encontrar más información sobre las líneas de trabajo de la Comisión Europea en Diversity and Business – Diversity Management que recoge las presentaciones de una reciente reunión en Bruselas.

Cambiando de ciudad y planteamiento, en París se celebró a principios de diciembre el Primer Forum Européen Diversité, dos días de reunión con sesiones plenarias y talleres paralelos. Gran despliegue de medios,  planteamiento pretendidamente internacional, traducción simultánea al inglés y finalmente …un foco demasiado francés. Eso significa que hay que pagar el peaje de las eternas discusiones sobre el «ideal republicano» de Igualdad pero aún así hay cosas de indudable interés sucediendo en el país (ver entrada La Gestión de la Diversidad en Francia). Una de las novedades es la propuesta de un Informe de Indicadores de Diversidad con carácter anual y obligatorio para las empresas. Su versión actual es de nuevo demasiado larga pero el planteamiento es reunir en un único documento público la cuantificación de los avances en materia de diversidad (en selección, promoción, desarrollo, igualdad salarial…) para distintos colectivos (género, discapacidad, trabajadores senior…).  La diversidad «multicultural» se mediría a través del país de origen, no de la persona sino de sus abuelos (acabaremos rastreando en el árbol genealógico para evitar nuestra incomodidad antes las razas, etnias y colores). 

Finalmente, en Washington DC se celebró a principios de Noviembre un evento organizado por DiversityInc. Sin duda, quien busque hacer negocios en el área de Diversidad debería fijarse en esta compañía editorial, en transformación hacia consultora, que ha logrado un gran éxito a partir de la elaboración de las listas Top 50 Companies for Diversity. Organizan eventos por todo lo alto con los máximos responsables de Diversidad de grandes empresas americanas. Las agendas son un prodigio de equilibrio en los speakers: negr@s, latin@s, gays y lesbianas y personas con discapacidad. Algunos de ellos ciertamente brillantes aunque los contenidos suenan demasiado básicos y poco novedosos. Sospecho que se habla de lo mismo desde hace años. Sí es reciente su gran interés por los temas de diversidad global: entender cómo se gestiona la diversidad en otras partes del mundo y cómo las compañías pueden desarrollar estrategias de diversidad globales. En ese sentido DiversityInc se ha embarcado en una investigación en 17 países contando con varias compañías como sponsors. De nuevo la propuesta consiste en… un largo cuestionario para recoger sobre todo las experiencias cualitativas de lo que está ocurriendo en el mundo en gestión de la diversidad.

Como se puede observar, hay una auténtica ola de indicadores de la diversidad en desarrollo. La idea es buena en todos los casos pero sorprende lo complicadas y largas que hacemos las cosas para un nivel de desarrollo de la diversidad todavía tan incipiente en la mayor parte del mundo.  En cualquier caso, atentos a los resultados de tanta medida de la Diversidad en 2011…

Nuevos avances en diversidad LGBT

Algunas dimensiones de la diversidad son más cómodas que otras. Algunas son obvias y es fácil ver las implicaciones de negocio, como el género o la diversidad cultural. Otras generan una mezcla de solidaridad, y a menudo admiración, como la discapacidad. Algunas son «trendy» y modernas, como la generacional. Otras sólo incipientes, como la diversidad religiosa. Y finalmente tenemos la diversidad por orientación sexual, o LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), que genera una mezcla de silencio, incomodidad e incomprensión.

A pesar de la proliferación de eventos sobre diversidad, rara vez se explora la diversidad LGBT. En medio de ese erial destaca la jornada LGBT@Work que se celebra en el Instituto de Empresa y que esta semana pasada cumplió su tercera edición. La apertura institucional correspondió a Rafael Puyol, como presidente de la Universidad IE, y a Miguel Angel Villanueva, Consejero de Economía del Ayuntamiento de Madrid.

El contenido de estas jornadas refleja la doble dimensión de la diversidad LGBT: la importancia de crear entornos de trabajo inclusivos para gays, lesbianas y transexuales y las oportunidades de negocio dirigidas al colectivo. Abrió la ronda de intervenciones Lola Martín, del Programa de Atención a Homosexuales y Transexuales de la Comunidad de Madrid, quien explicó cómo la presunción general de heterosexualidad dificultaba la salida del armario a nivel laboral, el paso más complicado para la inmensa mayoría de gays y lesbianas. El precio de ese armario corporativo es ocultar, cuando no mentir, en muchas de las conversaciones  habituales en el lugar de trabajo, y con ello, dificultar el establecimiento de relaciones de confianza a nivel laboral.  Silvy Vluggen, de IBM, detalló el programa de diversidad LGBT de su empresa, uno de los más completos que existen, y que ha sido merecedor de distintos reconocimientos.  Maria Giralt, de Bollo&Butter,  puso el contrapunto emprendedor a la gran empresa, explicando como su modelo de negocio se iba haciendo un hueco entre la comunidad lesbiana gracias a la popularidad de su blog. Por último, Angel García Recuero,  brand manager de Absolut, desgranó las claves del fuerte posicionamiento de la marca entre el segmento gay, conseguido tras una larga trayectoria de acciones de marketing dirigidas al colectivo, de las que la más reciente y exitosa es Absolut Colors.  

Un año más estuve encargado de moderar a los ponentes de esta edición del LGBT@Work (escribí un resumen de la edición anterior en otra entrada de este blog). Dejo aquí las 4 diapositivas que tenía preparadas para la introducción y que renuncié a utilizar para que la agenda no se descontrolara. En ellas recojo algunos puntos relevantes de lo que está ocurriendo hoy en el área de diversidad LGBT:

  1. En primer lugar, es interesante recordar que la visibilidad y el reconocimiento legal de las parejas gays y lesbianas es un hecho emergente en todo el mundo. Son ya 8 los países en los que es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo, y hay al menos dos, Portugal y Nepal, en los que podría quedar definitivamente aprobado en 2010. En ninguno de estos países se ha acabado la civilización, ni la moralidad ni mucho menos la familia nuclear. No ha pasado nada. Y las empresas lo saben.
  2. El acercamiento empresarial a la comunidad LGBT es un hecho innegable. El Corporate Equality Index (CEI) mide, en Estados Unidos, el grado de inclusión hacia ese colectivo de las prácticas corporativas, valorando aspectos como la existencia de políticas de no discriminación, la formación interna sobre estos temas o el patrocinio de eventos públicos dirigidos a la comunidad LGBT.  En su edición de 2010 el índice recoge nada menos que 305 empresas con una puntuación perfecta (100%) en el CEI. Lo más sorprendente es que el indicador arrancó con tan sólo 13 empresas en 2002. La evolución ha sido rapidísima a pesar de que el índice va subiendo el listón (se han anunciado ya los criterios version 3.0 para la lista de 2012). Hoy díficilmente una compañia puede ser un líder global en diversidad en Estados Unidos sin tener una puntuación perfecta en el CEI: prácticamente el 80% de las compañias en la lista Top 50 for Diversity tienen una puntuación 100% en el CEI.
  3.  A nivel global se ha puesto en marcha el International Business Equality Index que a través de 17 preguntas examina las prácticas en material LGBT en todos los países en los que operan las compañías multinacionales. En su primera edición (2009) participaron 15 empresas.  British Telecom ha sido la compañía mejor valorada, seguida de IBM.
  4. Finalmente, conviene recordar que el mundo corporativo está lejos de ser un paraiso para los empleados gays, lesbianas y transexuales. El estudio Degrees of Equality pone de manifiesto que la mayoría prefiere quedarse bien metido en el armario de la oficina y manejar con maestría las conversaciones que surgen en el trabajo: el 80% de los participantes en el estudio manifiesta que participa semanalmente en conversaciones que incluyen temas de vida social, familiar y en pareja.

Quien dude de la necesidad de incluir la dimensión LGBT en los programas de diversidad puede probar a intentar eliminar cualquier referencia a su heterosexualidad en las conversaciones de trabajo. Entonces verá el grado de energía y atención que eso requiere, y lo poco que contribuye a la productividad y el compromiso.

 

Entre fusiones y competiciones

Este lunes se anunció la fusión de dos grandes compañías farmacéuticas americanas: Merck, en la que yo trabajo, y Schering-Plough.  Para mi, que nunca había vivido un mega proceso de estas características, la noticia supone una nueva experiencia profesional. La compañía resultante se seguirá llamando Merck y pasará a ser la segunda compañía farmacéutica del mundo por facturación. Este movimiento se suma a una larga lista de adquisiciones en el sector, que vive un largo proceso de consolidación. Aunque no depende tanto de la situación económica mundial, la industria farmaceútica vive sus propias dificultades, marcadas en gran parte por las expiraciones de patentes y la escasez de nuevos productos, fruto de una menor productividad de la investigación y desarrollo.

La noticia ha llegado en pleno reconocimiento externo a la compañía. Hace escasamente una semana Merck aparecía en el puesto nº 4 del principal ranking de responsabilidad social en Estados Unidos, la lista de 100 Best Corporate Citizens. Un dato para la reflexión es que 48 de las 400 compañías participantes en los últimos años ya han dejado de existir, así que parece que ser «responsable» no garantiza ser «sostenible» en el tiempo. Lo positivo de estos rankings, en cualquier caso, es que obligan a un esfuerzo de transparencia, que incluye la información de relación con los empleados (Valuing our Employees), del que forman parte las políticas de diversidad.

Ayer se hacía pública también la última lista de Top 50 de Diversidad, en el que subíamos desde el puesto nº 21 al nº 8. No hay que dramatizar el valor de las listas como esta, pero sin duda son una herramienta que impulsa los cambios internos porque para mejorar posiciones (algo muy codiciado) es necesario mejorar los puntos más débiles de las políticas de la compañía.

Será interesante ver cómo afecta una fusión a todas estas clasificaciones. Y veremos también como funciona lo de la cultura inclusiva…

Empresas con estrategias de diversidad global

Esto de la diversidad ha sido algo muy americano durante mucho tiempo. La composición demográfica del país y las tensiones raciales, hizo que el Gobierno regulará la inclusión de minorías en las empresas. Aún hoy su sistema de «cuotas» es muy elaborado: para cada categoría profesional, se ofrece un dato de «disponibilidad» en el mercado. Por ejemplo, porcentaje de negros en puestos administrativos. En función de la distancia que separa esa «disponibilidad» con el % que tienes en tu plantilla, se te asigna un objetivo de avance. Así cada año tienes una parrilla de objetivos por categoría profesional y grupo demográfico: mujeres, latinos, negros y asiáticos.

Este complejo sistema de equilibrios demográficos originó la creacción de departamentos de Diversidad en la empresas americanas con un foco muy claro en el cumplimiento legal. De ahí han ido evolucionando, con mayor o menor rapidez, a funciones más estratégicas: todo eso que hemos comentado en otras ocasiones sobre la diversidad del talento y la diversidad de los clientes, y cómo conectar a la empresa con sus mercados.

El nuevo salto cualitativo que están dando las multinacionales es desarrollar estrategias de diversidad global, y no sólo americanas. Hace unos meses avancé este tema en una entrada sobre las listas. Por primera vez este año se ha elaborado un ranking de las 5 mejores empresas en globalizar sus esfuerzos de diversidad: Ford, IBM, Pepsico, PwC y Procter & Gamble. Como se puede ver, todas empresas bien conocidas y bien grandes.

¿Pero que es lo que están haciendo las empresas para desarrollar «Diversidad Global»? Esta semana he tenido un webinar sobre el asunto, y he podido conocer algunos detalles de lo que hacen:

– Preparar a sus empleados para trabajar globalmente, con distintas culturas.

– Crear Grupos o Redes de Empleados Globales (el Grupo de Mujeres, el de Gays…)

– Ofrecer formación obligatoria en Diversidad en todo el mundo.

– Descartar trabajar con paises con leyes opresivas hacia algunos grupos o bien trabajar para cambiar esas leyes. Es decir, adoptan una posición clara en aspectos de Derechos Humanos en todo el mundo.

– Valorar en las carreras de sus altos ejecutivos el que tengan experiencia en otros mercados. Algo muy lógico teniendo en cuenta que para muchos de estas empresas la mayor parte de sus beneficios ya viene «overseas», es decir, del otro lado del Atlántico y del otro lado del Pacífico.

Las compañías no recogen información sobre raza o grupo étnico, fuera de Estados Unidos, ya que es ilegal hacerlo en numerosos países (buena parte de Europa, por ejemplo). Pero sí hacen seguimiento de otros grupos, específicamente mujer y discapacidad. Otro aspecto al que dan importancia creciente es a la diversidad LGBT (como llevarse los avances en el mundo corporativo americano a otros países dónde operan) y a la diversidad generacional, que es un tema emergente en todo el mundo debido a los procesos de envejecimiento. 

Siempre  he pensado que las estrategias de diversidad en España entrarían de la mano de empresas americanas. Ya se van viendo síntomas de que eso es así. Supongo que algún día también Telefónica, Repsol-Ypf, o el Banco Santander, por citar 3 ejemplos, se darán cuenta de que la diversidad puede aportar algo a sus operaciones globales.

El valor de las listas

Se ha publicado hace unos días la lista de las 2008 Top 50 Companies for Diversity, el ranking de mayor relevancia en el mundillo de la Diversidad. La lista se confecciona siguiendo un método que evalúa, mediante una encuesta de 200 preguntas,  cuatro dimensiones: Compromiso del presidente de la compañía, Capital Humano (indicadores de Recursos Humanos de selección y promoción), Comunicaciones Corporativas y Organizativas y, finalmente, Diversidad de Proveedores. La publicación detalla además un perfil de cada una de las compañías, mencionando sus puntos fuertes para aparecer en la lista. Este año Merck aparece en el puesto 21 y estoy convencido de que subirá aún más arriba en los próximos años.

En meses posteriores la publicación va anunciando listas específicas de Top 10 para determinadas dimensiones: mujeres ejecutivas, latinos, LGBT (por cierto, todas aquellas compañías que no ofrecen beneficios de salud a las parejas de sus empleados, con independencia de la orientación sexual, son automáticamente excluidas del Top 50), asiáticos, afro-americanos, personas con diversidad funcional… Este año, por primera vez , también tendrán una lista de «Diversidad Global» que supongo se refiere a actuaciones fuera de Estados Unidos, lo que confirmaría mi percepción del interés creciente de las compañías por globalizar sus prácticas de diversidad en todo el mundo.

El fenómeno de las listas de «mejores empresas» va en aumento. Son por un lado un escaparate, una forma de mostrarse ante potenciales empleados y clientes como empresas de referencia en cuanto a su entorno de trabajo. Pero también son una herramienta poderosa de cambio organizativo; una forma de compararse con los demás que genera interés por no quedarse atrás e impulsa la implantación de nuevas políticas y prácticas.

A menudo se oyen voces críticas sobre el valor de estas iniciativas, como la lista Best Place to Work, o los Premios Empresa y Sociedad 2008 que acaban de ser anunciados. No es infrecuentre encontrar empleados en empresas galardonadas y bien situadas en los rankings, que narran realidades alejadas del discurso corporativo y vidas casi casi miserables. Y aún así el valor de las listas es incuestionable porque tarde o temprano la empresa tiene que alinear lo que muestra hacia afuera con su realidad interna o pondrá en riesgo su reputación corporativa. Además es frecuente que la metodología de estas listas incorpore una encuesta directa a una muestra de empleados así que si su percepción general no es positiva la empresa tendrá imposible hacerse un hueco entre las mejores.