Diversidad de pensamiento

Pensar que la diversidad en la empresa es tan sólo una cosa de números, de más mujeres, más colores, más procedencias geográficas, es enterarse sólo a medias. Cualquiera que sea la mezcla demográfica, lo fundamental es que la empresa sea capaz de crear un entorno de trabajo inclusivo para capitalizar distintas perspectivas.

Todos pensamos diferente, o tal vez no

La apuesta por atraer y desarrollar «talento diferente» parte de la premisa de que además de asegurar la no discriminación y la meritocracia, la empresa se beneficiará de una   mejora de los resultados y de la capacidad de innovación. Se asume que personas procedentes de distintos colectivos vienen de otro proceso de socialización y otras experiencias y por tanto ven la realidad desde otro ángulo y podrán aportar otras soluciones a los retos de la empresa.

Todo eso es cierto a medias. Al final dos personas con identidades sociales muy diferentes pero que vienen del mismo nivel socio-económico y han recibido la misma educación, en la misma escuela de negocios, pueden acabar compartiendo una visión del mundo y del negocio muy similar. Lo explica bien el profesor Ken Dubin en el Cuaderno Gestión de la Diversidad de Forética, dónde detalla que la «diversidad cognitiva» requiere tanto otros ingredientes («percepciones») como otros procesos mentales (llamados técnicamente «heurísticos»).

En definitiva, una estrategia de diversidad centrada en género y minorías étnicas o nacionales pero que sólo busque candidatos en un reducido grupo de escuelas de negocio de élite, acaba generando mandos intermedios y directivos clónicos, que tendrán dificultad en generar soluciones innovadoras para el negocio.

Internet: entre la apertura y la polarización

Nuestras perspectivas sobre el mundo no dependen sólo de cómo hemos sido socializados o de las experiencias que tenemos, sino también de la información que consumimos y en ese ámbito internet juega un rol cada vez más determinante.

Tendemos a ver internet como una ventana infinita al mundo, y lo es, pero al mismo tiempo también puede reducir nuestra exposición a otras ideas a través del creciente fenómeno de «personalización» del que Google y Facebook son los ejemplos más claros.  Sus algoritmos filtran la información para mostrarnos sólo aquello que potencialmente nos va a «gustar», aquello en lo que haremos click. Ambos modelos de negocio compiten por los ingresos de la publicidad y eso requiere «afinar» la selección de información que nos van a mostrar en pantalla. Eli Pariser ha acuñado el término The Filter Bubble para referirse a esto y lo expone de forma clara en esta TED talk de apenas 10 minutos.

Nuestro histórico de actividad en internet contribuye a crear un retrato robot de nuestras preferencias. Este perfil invisible de nosotros mismos se construye a partir  de los enlaces en los que hemos hecho «click» en los resultados de las búsquedas de Google, o a partir de las personas con las que interactuamos más frecuentemente en Facebook. En otras páginas el proceso pasa por la instalación de «cookies«, unos ficheros que se instalan en el ordenador y registran toda nuestra actividad. De esta forma,  en todos los casos, lo que hemos hecho en el pasado configura lo que tendremos probabilidades de ver en el futuro porque «las máquinas» decidirán que es lo que tiene más probabilidades de interesarnos.  Por un lado, es de agradecer que lo hagan, porque nos ahorran tiempo, pero el efecto secundario es que refuerzan constantemente las elecciones que ya hemos hecho, ofreciéndonos más de lo mismo, o parecido.

La personalización excesiva de internet puede fácilmente generar una «burbuja» a nuestro alrededor hecha de nuestro histórico de intereses. El proceso juega en contra de la creatividad y la capacidad de innovar ya que estas vienen de la colisión de ideas provenientes de distintas disciplinas y culturas, de las conexiones líquidas que pueden configurarse en distintas direcciones, como ha ocurrido tradicionalmente en las ciudades y ahora puede ocurrir a través de internet.

Flexibilizar nuestra visión del mundo 

Salir de nuestras burbujas requiere un esfuerzo consciente. Eli Pariser utiliza en su libro una analogía entre internet y la planificación urbana descrita en A Pattern LanguageBásicamente hay dos modelos extremo de ciudades: la «heterogénea», dónde todas las culturas se mezclan por igual, dando lugar a una diversidad indiferenciada en la que toda la ciudad es similar; y la «ciudad de los guetos», dónde hay barrios de una sola cultura y sin relación entre ellos, en una especie de mundos paralelos. Una tercera alternativa sería un «mosaico de culturas», en los que hay barrios distintivos, con su propio sabor pero abiertos a todo el mundo.

Para acercarnos a esa idea de mosaico, en el caso de internet podemos optar por variar en alguna ocasión nuestra ruta de páginas habituales y borrar periódicamente las «cookies«. En el mundo real, hay que atreverse a conocer a gente diferente: otras orientaciones ideológicas, otras religiones, otras culturas, otras vidas… Por último, a nivel laboral, los programas de diversidad e inclusión tienen que conseguir atraer y reconocer el talento de colectivos diferentes pero sin reforzar las identidades cerradas. Una cultura mosaico en la empresa es una cultura abierta dónde más allá de sentirse respetadas por su «identidad» las personas sienten que su opinión cuenta. Tal vez así consigamos introducir algo de diversidad de pensamiento en un mundo empresarial que actualmente utiliza  la reducción de costes como sustituto de una auténtica estrategia de negocio.

Acerca de Uxío Malvido

Spanish; based in Paris; HR Director.
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4 respuestas a Diversidad de pensamiento

  1. Javier Palomo dijo:

    Gracias Uxio por una vez más sacar a la luz las ideas que algunos de nosotros y nosotras tenemos aún en la parte más lejana del subconsciente y que otros/as ni lo tienen. Creo que todos caemos en la tendencia homogeneizante de las sociedades y acabamos leyendo los mismos períodicos y reconfortándonos en que refuerzen nuestra visión cuando igual es al contrario y ellos son los que se reconfortan de crear nuestra visión. Al final es más fácil y está mejor visto ser reconocido como lector de un periódico determinado y ser fan de un equipo de fútbol que cuestionar la información que uno u otro medio publica o ser fan del fútbol en sí y no de un equipo.
    Bueno, sobre la creatividad que aporta la diversidad, el otro día leí algo que me gustó y es que no sólo incorporar personas diversas aporta creatividad sino que también incita a los que ya están dentro a participar en esa cultura creativa. Como tú bien dices, esto sólo es posible si el entorno favorece que la diferencia se exprese y aporte. Si incorporamos personas diversas en un entorno que no permite hacer las cosas diferentes, este argumento resulta «pointless».
    Gracias nuevamente por seguir estimulando nuestras neuronas.

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  2. Uxío Malvido dijo:

    Javier,

    Gracias a ti por comentar!

    La comodidad y la falta de tiempo juegan en contra de abrirnos a nuevas perspectivas. La tecnología puede ayudarnos… o no, dependiendo de cómo la utilicemos.

    Respecto a la creatividad, estoy muy de acuerdo: es en muy gran parte contextual, no un talento individual que sólo una minoría tiene.

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