Mitos Generacionales

Las diferencias entre generaciones siempre han dado que hablar, y ahora esa conversación se extiende también con fuerza a la empresa. Desde Recursos Humanos se observa con estupor cómo, en los procesos de selección, los candidatos plantean lo que parecen exigencias salariales, de carrera o de conciliación, que hasta hace pocos años eran directamente impensables. Por otro lado, entre los empleados aumenta la brecha tecnológica entre los más jovenes y los más mayores y, por extensión, se asume que eso significa entre ellos una gran diferencia en capacidad de cambio en general. 

De forma muy resumida se habla de cuatro generaciones en el entorno de trabajo. Cada generación comprende un tramo de edades y se le presupone cierta mentalidad similar, ciertos valores y actitudes compartidos por el hecho de haber vivido acontecimientos sociales similares. A grandes rasgos tendríamos a los mayores de 60 años que pertenecerían a la Generación Tradicional (o Silent en USA), los Baby Boomers, entre 45 y 60;  Los profesionales X, de 25 a 44, y la Generación Y compuesta por los menores de 25 años. El artículo «Diferentes edades, diferentes perspectivas» de Cristina Simón, profesora del Instituto de Empresa, es una buena introducción al tema y un ejemplo del interés creciente que suscita. Proliferan también las recomendaciones sobre como manejar estas diferencias generacionales porque más allá de la franja exacta de edad o las diferencias entre Europa y Estados Unidos, se asume que las diferencias son relevantes y a veces casi insalvables.

Yo no creo que el tema sea tan dramático, ni que las diferencias den para mucho más que unas recomendaciones sobre las características de cada generación y cómo tenerlas en cuenta a efectos de comunicación y gestión de equipos.  El libro «Retiring the Generation Gap» de Jenniffer J. Deal, del Center for Creative Leadership, parece apuntar en la misma dirección. Esta autora analiza los resultados de más de 3.000 encuestas de profesionales de distintas generaciones en Estados Unidos. Repasa muchos temas, desde los famosos valores a las estrategias de retención o el concepto de respeto. Y también analiza los datos correspondientes a la dudosa lealtad de los más jovenes y la gran resistencia al cambio de los mayores. En ambos casos la conclusión es que ambas cosas son más mito que realidad.

Respecto a la lealtad, el propio concepto es algo confuso y a menudo refleja esa asunción tan antigua de que el empleado debe estar agradecido a la empresa por el hecho de tener un trabajo. Los datos no han mostrado ni una mayor frecuencia de cambios de trabajo (que suelen depender más de la economía que de otras variables) ni un mayor número de horas trabajadas en función de la generación (sí en cambio en función del nivel organizativo). Y respecto a la capacidad de cambio, o de resistencia frente al mismo, lo que ha mostrado la investigación es que en general los cambios no le gustan a nadie, ni jovenes ni mayores. La capacidad de adaptación a los cambios parece depender más de diferencias individuales que generacionales. A partir de ahí la forma en que la empresa gestione el proceso de cambio y la comunicación sobre el mismo marcará la diferencia…

ACTUALIZACIÓN: para aquell@s que se quedaron con ganas de saber más sobre la mitología generacional, un reciente artículo de Harvard Business Online analiza el supuesto mayor narcisismo de la Generación Y (Gen Y: Really all that Nacissistic?). De nuevo, contraposición de opiniones: un profesor de Psicología de la Universidad de San Diego ha mostrada una diferencia de 30 puntos porcentuales en una escala de narcisismo con items del tipo «I think I’m a special person», pero ¿es esto algo realmente negativo? Los de Recursos Humanos no hacemos más que insistir en lo especial y único que es cada empleado, así que deberíamos estar encantados…

Acerca de Uxío Malvido

Spanish; based in Paris; HR Director.
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3 respuestas a Mitos Generacionales

  1. Vicky Pollard dijo:

    Esta manía de comparar modelos y estudios de USA con España, es como comparar la marca Hacendado con Dior, cada uno tiene su segmento, sus ventajas y su relación calidad precio, pero son incomparables.

    En mi opinión, el problema es que en España los directivos de hoy, son los que estudiaron cuando no había ni democracia, habiendo muchos mal formados, y creando un tapón para los preparados.

    Lo peor dado el informe PISA, me parece que los posibles buenos directivos se han quedado como el relleno de un sandwich.

    Yes but not
    Vicky Pollard.

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  2. Uxío Malvido dijo:

    La comparación Hacendado/Dior me ha arrancado una carcajada.

    En cualquier caso aquí no se trata de comparar sino de manejar los datos rigurosos que haya disponibles. Por lo visto tienen otra muestra de casi otros 3.000 profesionales de diferentes países que será objeto de otro análisis y libro. Veremos que sale.

    Para mi el problema de la formación no es tanto de partida como de actualización. Me explico: lo dramático es que los directivos leen poco y participan poco de foros y conferencias profesionales. Y no tengo claro que las nuevas generaciones sean mucho más inquietas o curiosas…

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  3. Vicky Pollard dijo:

    Habrá que esperar a ese libro entonces.

    De acuerdo en la actualización, pero no podemos olvidar que para actualizar algo, tenemos que saber que existe…

    Y todos fallamos en la nomenclatura, hablamos con palabras grandilocuentes para decir cosas simples, y pretendemos hacer las cosas buenas complicadas, porque son buenas.

    Las empreas tendrían que obligar a sus directivos a trabajar con sus empleados una vez cada 14 días, para actualizarse un poco, y saber de que va todo, como se habla y de que se habla.

    Porque en los foros como comentas es a ver quien dice la palabra más parecida a En busca del tiempo perdido de Proust aplicada a los negocios.

    Yes but not
    Vicky Pollard.

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